La
ecoeficiencia incorpora aspectos económicos, sociales y ambientales, por lo que
logra la reducción de costos operativos de las empresas, bienestar de la
comunidad y contribuye directamente a la protección del medio ambiente.
EL PERU ES UN PAIS muy vulnerable al cambio
climático, como consecuencia de ello es importante y urgente identificar e
implementar medidas de mitigación desde el ámbito empresarial. Dentro de las
medidas de mitigación que las empresas pueden implementar como parte de una
gestión ambientalmente moderna y responsable se encuentra la ecoeficiencia,
práctica que hace que la empresa redefina también su rol en materia ambiental y
como consecuencia de ello se convierta en un agente de cambio sobre el análisis
del impacto ambiental por operaciones propias.
El
Consejo Mundial de Negocios para el
Desarrollo Sostenible (WBCSD), define la ecoeficiencia como el mecanismo que
logra por medio del suministro de bienes y servicios a precios competitivos
satisfacer las necesidades humanas y proporcionar calidad de vida mientras se
reduce, progresivamente, el impacto ambiental y el consumo de recursos a lo
largo del ciclo de vida de los productos y/o servicios.
Por ello, la
conciencia ambiental, la preocupación por la escasez de recursos y los valores
de una gestión ambientalmente responsable generan modificaciones en los
parámetros de gestión de las empresas; buscando implementar nuevas soluciones
para un menor consumo de recursos en sus operaciones. La ecoeficiencia no es
ajena al “triple bottom line”, ya que incorpora aspectos económicos, sociales y
ambientales, por lo que logra la reducción de costos operativos de las
empresas, bienestar de la comunidad y contribuyente directamente a la
protección del medio ambiente.
Es así que,
la ecoeficiencia se convierte en una filosofía empresarial mediante la cual se
adoptan nuevos hábitos para lograr mayor eficiencia en el consumo de recursos,
y se desarrollan medidas para una menor generación de residuos. Entre los
aspectos a resaltar se encuentran agua, energía, transporte, suministros y
construcción/mantenimiento de edificios.
Un claro
ejemplo es el caso del BBVA que presenta en el año 2008, su plan global de
ecoeficiencia para reducir el 20% de sus emisiones de CO2 hasta el
año 2012, con un presupuesto de 19 millones de euros, que significarán una
reducción de costos operativos de 1.5 millones de euros por año, entre las
líneas de acción definidas destacan: reciclaje de residuos informáticos,
reducción del consumo de energía, de agua y de papel por empleado, política de
compras sostenibles, ampliar las certificaciones ISO 14001 de sus oficinas,
implantar certificaciones LEED en su sede de México, Madrid y Paraguay, uso de
video conferencias y reducción de viajes de ejecutivos, entre otros.
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